domingo, 11 de septiembre de 2011

Capítulo 15.- Cambio de aires.

Pasaron tres meses y las cosas se iban calmando a medida que pasaba el tiempo. Yo, ya pasaba de todos aquellos comentarios que hacía la gente cuando pasaba por su lado. No tenían ni la menor idea de como lo había pasado, pero hablaban igualmente. En todo este tiempo he aprendido a pasar, a que me entre por un oído y me salga por otro, y a pasarlo bien, total, voy a tener este peso toda la vida, no voy a poder cambiar nada.
Estuve bastante tiempo sin salir de casa y si salía, nunca conseguía pasármelo bien.
Se llegaban las vacaciones, y no tenía sentido seguir mal, había que disfrutar de cada momento de aquellos meses. Y pensé que sería bueno hacer algún viaje, aun que no fuese durante mucho tiempo, medio mes más o menos, total, era simplemente para despejarme durante un tiempo y practicar mi inglés.
Busqué en Internet un billete barato para poder pagármelo yo sola y que mi madre no andase pendiente. Encontré uno bastante barato a Düsseldorf (Alemania). Antes de comprar nada, le llamé a él, para que me acompañara. Me respondió con un simple no, parecía enfadado. Empezamos a discutir, aun que no sabía muy bien por qué. Colgué. Después de todo lo que me había pasado no tenía ganas de que un pelele me amargara la existencia. Hice clic en comprar. Saqué la maleta del trastero y empecé a llenarla. Cogí lo primero que pillé, estaba enfadada tras la discusión anterior. Cuando me quise dar cuenta, la maleta estaba lo suficientemente llena como para no meter más ropa y meter regalos.
Cada día que pasaba más se acercaba el día de irme. Fueron tres días en el que no hablé con nadie, ni siquiera con el para arreglar algo. Llegó el esperado día, además era la primera vez que viajaba sola y estaba un poco nerviosa.
Llegué al aeropuerto y no sé quién fue exactamente quién me ayudo a llegar a la puerta de embarque; si mis pies que tenían ganas de pisar suelo alemán o mi cabeza que sabía todo lo que tenía que hacer.
Llegó un chaval, de más o menos mi misma edad y se sentó a mi lado. Puede que fuese mayor, no estaba segura. Creía que no se iba a retrasar, pero me equivocaba, se retrasó dos horas. Pero tampoco me importó,  ya que aquel chico que se sentó a mi lado me empezó ha hablar y así pasamos el rato. Me contó, que él también iba a Düsseldorf y que estaba en una casa que estaba al lado de mi hotel. Al final llegó la azafata y nos dijo que podíamos ir yendo hacia el avión. Lo malo de montar al avión fue que no le tocó a mi lado. Me tocó al lado de una chica de más o menos 17 años que no paraba de decir: " Estamos en una salchicha voladora." Mientras que ella acababa con mi paciencia, yo veía Padre de Familia en el ordenador. cuando vi uno o dos capítulos, le apagué.
Al cabo de un par de horas, el piloto empezó ha hablar y en resumen, no eran buenas noticias, el aeropuerto de Düsseldorf había cerrado y nos tenían que dejar en el más cercano; el de Colonia. Así iban las cosas: Nos dejaban en otro aeropuerto y no sabía alemán. Salimos del avión. Hacía un frío increíble. Me alcanzó al tiempo de ir a por las maletas. Estuvimos hablando de todo, incluso de qué poder hacer para llegar a Düsseldorf.  Me dio su número de teléfono. Cuando me dijo que el sabía hablar alemán, me salvó la vida. 
Decidimos coger un autobús. Y cómo no, estuvimos todo el camino hablando. Nunca imaginé, que un chaval que acababa de conocer me podría caer tan bien. Al final llegamos a Düsseldorf después de unos cincuenta minutos de camino aproximadamente. Al final, para llegar al Best Western Ambassador cogimos un taxi entre los dos, ya que el se hospedaba en la misma calle. Llegamos, todavía no me lo creía. Quedamos para el día siguiente ir a visitar Essen. 
Saludé al de recepción, pero en inglés, está claro. Me dio la llave de la habitación y subí en el ascensor. Cuando abrí la puerta lo primero que hice fue llamar a mi madre para que supiese que había llegado y lo segundo, quitarme la ropa, ponerme el pijama y tirarme en la cama agotada. Apagué la luz y me metí en la cama.