domingo, 8 de mayo de 2011

Capítulo 11.- Todo es nuevo.

Me desperté, fue la primera noche que no había tenido ninguna pesadilla. A lo mejor lo único que me había echo falta en todo este tiempo había sido un poco de amor, un poco de cariño. Pero es comprensible el miedo que anticipaba el fracaso al saber que todo podía salir como aquella última vez. Sí, aquella primera y última vez en la que me enamoré, en la que no podía vivir sin esa persona, cuando me hicieron daño... en esa ocasión en la que lo único que sabía hacer era llorar y dejar de comer, dejar de comer hasta tal punto de adelgazar 7 kilos. No, no quería volver a repetir esa sensación de depresión que sentía en el pecho, ese vacío por el que se iban todas mis ganas de ser feliz, de volver a enamorarme. Aquel chico que me hizo sufrir durante casi un año, aquel chico que me hizo pensar que sería irreemplazable. Él era el que me dio mi primer beso,etc. ¿Pero para qué seguir recordándolo? Era ilógico seguir pensando en él sabiendo que ya era pasado, que nunca más iba a seguir destrozada por su culpa.
Todos estos pensamientos me pasaron por la cabeza mientras que escuchaba Ni de ellos ni de ellas (Tote king) una canción que me había ayudado a volver a ser yo misma, o al menos a no llorar.
Me levanté de la cama pensando que todo volvía a ser diferente, que incluso el cielo no sería gris. Y así fue volvía a ser azul después de tanto tiempo. Me vestí con entusiasmo, con ganas de algo bueno que me alegrará mucho más la mañana de hoy, habían empezado las vacaciones ¿había algo mejor?. Mi móvil empezó a sonar. Contesté rápidamente.
-¡Fea!
-ch... si yo soy bien guapa loco.
-No lo pongo en duda- se rió delicadamente.
-A bueno entonces vale ¿habéis quedado esta tarde o algo?
-Sí para eso te llamaba, a las cinco en la estación, nos vamos a ir a Madrid a ver una película.
-Vale ¿quiénes vamos?
-Pues vamos todos los de siempre.
-Vale pues a las cinco, ¿no?
-Sí, escucha, te paso a buscar ¿vale? que me pilla de paso.
-Pues ¿a menos cuarto entonces en mi casa?
-Vale, luego te veo. Te quiero.
-Te quiero.
¿Algo mejor antes de desayunar? Bueno desayunar, lo que es desayunar no, eran las dos de la tarde. Comí y me fui echando ostias a mi habitación. ¿Qué me pongo? típica duda que se plantea una todas las tardes, mañanas o noches. Al final, como siempre me pasa, a última hora me visto con lo primero que pillo, me cepillo el pelo, me maquillo lo menos posible y me voy a la puerta de casa y ahí estaba él. Al menos es puntual. Me dio un beso.
-Todavía es pronto.
-Ya pero bueno así me da tiempo a estar más contigo.
-¿Por eso me vienes a buscar antes? Ya te vale... que casi bajo en pijama.
-Pues fijo que desaliñada estás guapa también.
-Uy... no te creas jajaja.
-Bueno, un día te quedas a dormir a mi casa y lo comprobamos.
-Vale dentro de dos semanas me quedo a dormir a tu casa.
-Mejor dentro de tres, que mis padres no están.
-Ah pues bien hombre.- Le dediqué una sonrisa.
-Entonces, ¿Si qué te quedas?
-Si no te importa ¿ por qué no?
-A pues quédate.
El camino a la estación de autobús se me pasó volando. Cuando llegamos todavía no había nadie, lo primero que hicimos fue coger los billetes y luego coger algo para beber. Se llegaron las cinco y vinieron todos a la vez y corriendo, ya que no querían perder el autobús.
-Joder poco más y me dejais en tierra majos...-dijo David.
-¿Nosotros? el autobús en todo caso.
-Es que me he tumbado en el sofá y me he quedado dormido...
-Tanta masturbación no es buena, ¿sabías?- dijo Ana soltando una carcajada.
-Muy graciosa.-añadió David con un tono irónico.
Llegó el autobús y como siempre, nos sentamos en la parte de atrás. Empezamos a reirnos por estupideces, aunque siempre que se está entre amigos todo es más gracioso. Llegamos a Madrid y nos fuimos a La Cupula. Decidimos separarnos, las chicas por un lado  los chicos por otro. Las chicas nos fuimos a comprarnos ropa, mientras que los chicos fueron a ver las películas que había y tomar algo.
-Mirad ese vestido, que bonito es macho.
-A mi me gusta más este tía.
-Vamos a probarnoslos por favor.
Entramos Claudia y yo a probarnos los vestidos mientras que desde fuera del vestuario las demás no hacían más que preguntarme cosas sobre él.
-Oye ¿besa bien?
-No sé tía, normal tirando a bien.
-Tiene pinta de besar bien la verdad...
-Joder la otra jajajaja.
-¿Y ya te ha metido mano o algo?
-Tía, que llevamos un día ¿qué pretendes?
Preguntas como esas eran las que volaban desde su boca hasta mis oídos. Guillermo llamó a Claudia para que fueramos al cine a comprar las entradas para ver SAW VII no me apetecía mucho de verla pero bueno, era una tarde en grupo.
-No quieres verla ¿verdad?.-mesusurró a la oreja.
-La verdad es que no, pero bueno tampoco será tan horrible no?
me guiñó un ojo y entramos dentr de la sala 5.
Pasaron aproximadamente dos horas antes de volver al pasillo del cine. Me pareció bastante graciosa la película aunque parecía ser la única que no le entraron arcadas. Ya eran las nueve de la noche y el autobus salía a las nueve y media asique fuimos a paso ligero hacia la estación de autobuses. Repetimos la acción que hicimos antes de subir al autobús y nos fuimos. Él se sentó de nuevo a mi lado estaba agotada sin razón alguna, así que decidí ponerme los cascos e intentar dormirme. Screaming Bloody Murder (Sum41) sonaba en mis cascos. Al llegar, me despertaron rozándome la mejilla delicadamente. Salí del autobús y él me acompañó a casa. Mi móvil empezó a sonar, era mi madre.
-Dime
-Escúchame, tú padre y yo nos hemos ido al pueblo así que hasta mañana no te veremos. Hazte cualquier cosa de cena y punto ¿vale?
-Vale, venga adiós.
-Adiós hija.
Le miré a lo ojos con un poco de picardía.
-¿Qué pasa?
-Mis padres se han ido, ¿ te quedas a cenar?
-¿Enserio?
-Claro.
-Ah, entonces vale.
Llegamos a mi casa y nos sentamos en el sofá.
-¿Qué quieres de cena?
-Mm... cualquier cosa.
-Como me ayudas campeón...
-¿Y si dejamos la cena para otro día?.-dijo mientras me agarraba de la cadera.
-¿Y si dejamos lo que tu piensas para cuando me quede a dormir a tu casa?
-Que mal pensada jaja.
-Venga enserio que quieres de cena.
-Unos filetes mismamente.
Preparé unos filetes de lomo mientras que el sacaba unos vasos y unas cervezas. Cenamos tranquilos hablando de lo aburrida que había sido esta tarde. Terminamos de cenar y nos subimos a mi habitación. Estubimos un rato tumbados en la cama hasta que le llamó su madre.
-Me tengo que ir a casa ya.
-Vale, vamos que te acompaño hasta la puerta.
Me dio un beso y bajamos hasta la entrada en la que me dio otro.
-Mañana te llamo ¿vale?.-Me dijo mientras se alejaba.
-Vale.- Le grité desde la puerta.
Subí de nuevo las escaleras tirándome rendida en la cama. Estaba agotada y no tenía ganas ni de ponerme el pijama. Me acoste medio desnuda sin tener en cuenta el frío que hacía.